La fotografía me gusta mucho, de verdad muchisimo; el problema es que soy muy malo, tengo pésimo ojo para la fotografía, sin embargo, uno de mis mayores defectos es también una de mis mayores virtudes y es que soy muy (pinche) terco, por lo tanto no descanso hasta conseguir lo que quiero.
Así que un buen día me compre una buena cámara decidido a registrar todo lo que me interesara, hasta lograr una foto de la cual yo pudiera sentirme, por lo menos, un poco o un mucho satisfecho.
La foto de arriba es mía, no me deja satisfecho aún, pero de las cientos de fotos que he tomado es la primera de la que puedo decir: -Ésta es medianamente interesante-; la tome el día de mi cumpleaños y la comparto con las personas que han decidido dejar que yo forme parte de su vida, por aportarme y por dejarme aportarles algo; a todos ellos miles de millones de gracias, principalmente a ti Sal, por enseñarme de viva manera como el agua doblega a la piedra.
Quiero agregar un comentario a la foto en tono de haiku:
No tiene idea lo que me consuela
el verla jugar:
la luz