Una idea que es frecuente en la poes�a �rabe, es la de dos amantes que se encuentran en sue?os, atenunado as� el dolor de la ausencia.
Ibn Jafaya canta:
Envuelta en el denso velo
de la tenebrosa noche,
vino en sue?os a buscarme
la gacela de los bosques.
Vi el rubor que en sus mejillas
celeste p�rpura pone,
bes� sus negros cabellos,
que por la espalda descoge,
y el vino aromoso y puro
de nuestros dulces amores,
como en limpio, intacto c�liz,
beb� en sus labios entonces.
La sombra, r�pida huyendo,
en el Occidente hundiose,
y con t�nica flotante,
cercada de resplandores,
sali� la risue?a aurora
a dar gozo y luz al orbe.
En perlas verti� el roc�o,
que de las sedientas flores
el lindo seno entreabierto
ansiosamente recoge;
rosas y jazmines daban
en pago ricos olores.
Mas para ti y para m�,
?oh gacela de los montes!
?Qu� m�s roc�o que el llanto
que de nuestros ojos corre?
Ibn Darray de una manera m�s sencilla dice:
Si en los jardines que habita
me impiden ver a mi due?o,
en los jardines del sue?o
nos daremos una cita.
gracias a Dios por intiresny
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