No solo eres lo que amas sino que también amas lo que eres: si alimentas a tu corazón-templo con sentimientos, sensaciones y deseos que te son ajenos, se te convertirán en venenos.
Toda consciencia es pensamiento, pero no todo pensamiento es consciencia; Necesitamos consciencia más que pensamiento, no para agrandar a nuestro ego sino para que al iluminarnos, iluminar a los demás.