Saturday, September 24, 2011

Poesía y Facebook

En ocasiones veo poesía o actos poéticos en frases o acciones en donde ésta no era uno de los objetivos de tales palabras o hechos. Por ejemplo, hace unos días uno de mis amigos publicó en su muro de Facebook una frase que más o menos decía así: 

"Soy tan rudo que... ¡awwwww  mira un gatito!

Al leer dicha frase sentí ese instante de sorpresa, de bienestar y de gozo que la poesía proporciona; me pareció por un momento que acababa de leer un haiku, ya que en ese estilo de poesía tradicional japonesa, el momento presente es de esencial importancia. 

Cuando el autor de la frase anterior declara: "Soy tan rudo que..." está inmerso en el pasado, un momento pretérito que nos hace pensar que existe un antecedente de rudeza en la vida de esta persona para que se haga tal declaración, quizás ha golpeado a mucha gente, o quizás no le importa comer cosas crudas, o quizás pueda soportar estoicamente variaciones dramáticas del medio ambiente, en fin, la rudeza define a esta persona. 

Pero su rudeza no lo exime de la ternura, este sentimiento es tan fuerte en él que es capaz de sacarlo del pasado para ubicarlo en el presente, es tan poderoso este sentimiento, que olvida de manera vertiginosa la primera declaración, que embelesado en el momento actual, el presente, el hoy, (para el zen es lo único que existe), se olvide de todo y maravillado por la visión de un minino, exprese movido por el requiebro: "¡awwww mira un gatito!"

Podría parecer algo simple, cursi, banal o cómico, pero si se pone un poco más de atención, esa frase es (aunque sin cumplir con la estricta métrica) un hermoso haiku, quizás digno de Basho o Buson, en donde es a través de lo que pequeño y de la permanente presencia en el presente que uno llega a Iluminación. 


Sólo en la poesía la ternura es tan poderosamente delicada que es capaz de borrar de un plumazo (valga la expresión) a la rudeza.


La poesía y los actos poéticos nos rodean, sólo hay que tener los ojos y los oídos del corazón bien sensibles. No despreciar lo que en apariencia es simple y sencillo o incluso espantoso.


En los evangelios apócrifos se describe un pasaje en donde Jesús seguido por sus discípulos caminan por un camino donde yace un perro en estado de putrefacción, los apóstoles horrorizados hacen gestos de asco, mientras que el Maestro dice: "Qué hermosos dientes".


El Mundo es un espejo, encontremos nuestra propia belleza para poder apreciar la belleza de nuestra Realidad.

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