35

Esto lo escribí hace algunos días; días que fueron díficiles para mi; hacía tiempo que no escribía y pues, bueno, en ese momento el dolor fue un detonante para escribir lo siguiente:

Pintura: Autorretrato en el Infierno. Edvard Munch.

Poema 35





La realidad se desdobla y me muestra no lo que ella es,
si no lo que soy yo:
Un infeliz,
descalzo
gordo y calvo.

¿y si aceptara que soy el lobo?
¿y que soy cruel porque han sido crueles conmigo?
¿Si buscara mi verdadera naturaleza mediante el crimen?
¿Y si admitiera que mi indolencia para los otros
es un impulso vital y saludable?

Mi herida respira con agujas de una agonía certera y eficaz,
insomne rodea mi cabeza y la aplasta y la llena de hormigas;
En mis costillas de alcantarilla humana,
el aire que me llena está podrido, seco y frío.

Tortuga que arrancada de su blindaje
parpadea lento,
mueve el hocico lento;
pareciera que dice algo,
pero las tortugas no hablan,
pareciera que llorara,
pero las tortugas no lloran;

Hasta para agonizar es lenta,
lenta y estúpida.

Esta vida es un desierto en espiral
que camina y que devora como serpiente.

Horizonte de cartón de ínfima calidad
vida sepia y monocromática
como judíos en un documental deteriorado.

Soy un fantasma en Auschwitsz que rasca las paredes
tratando de asustarme, lo triste
es que no creo en fantasmas;
Soy el boicot de mi propia existencia
el boicot de mi propio suicidio.

Todo en esta casa respira,
menos lo que debe de respirar
la gente que aquí habita es ciega
pero todo lo escucha.

La vida me considera maldito
y así me trata; por eso rasco
y rasco cada vez más fuerte
y lo líquido (de mi sangre)
se hace cada vez más seco (como costra).

Soy un verdadero fraude en un mundo falso y estúpido



Jueves 14 de Junio de 2007.