Sunday, June 12, 2005

Grandes esp�ritus

Al final de la Marcha en Washington el 28 de agosto de 1963, Martin Luther King pronunci� el discurso conocido por una de las expresiones clave del mismo: �I have a dream�, �Tengo un sue?o�, que es la construcci�n anaf�rica en la organizaci�n ret�rico-comunicativa del discurso, tema central de su estructura sem�ntica y base de su construcci�n ideol�gica, pragm�tica, social y pol�tica.
He aqui esa maravilla, que no se nos vaya a olvidar.

Tengo un Sue?o (fragmento)

Tengo un sue?o: que un d�a esta naci�n se pondr� en pie y realizar� el verdadero significado de su credo: �Sostenemos que estas verdades son evidentes por s� mismas: que todos los hombres han sido creados iguales�.

Tengo un sue?o: que un d�a sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos ser�n capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad.

Tengo un sue?o: que un d�a incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresi�n, se transformar� en un oasis de libertad y justicia.

Tengo un sue?o: que mis cuatro hijos vivir�n un d�a en una naci�n en la que no ser�n juzgados por el color de su piel sino por su reputaci�n.

Tengo un sue?o hoy.

Tengo un sue?o: que un d�a all� abajo en Alabama, con sus racistas despiadados, con su gobernador que tiene los labios goteando con las palabras de interposici�n y anulaci�n, que un d�a, justo all� en Alabama ni?os negros y ni?as negras podr�n darse la mano con ni?os blancos y ni?as blancas, como hermanas y hermanos.

Tengo un sue?o hoy.

Tengo un sue?o: que un d�a todo valle ser� alzado y toda colina y monta?a ser� bajada, los lugares escarpados se har�n llanos y los lugares tortuosos se enderezar�n y la gloria del Se?or se mostrar� y toda la carne juntamente la ver�.

�sta es nuestra esperanza. �sta es la fe con la que yo vuelvo al Sur. Con esta fe seremos capaces de cortar de la monta?a de desesperaci�n una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra naci�n en una hermosa sinfon�a de fraternidad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la c�rcel juntos, de ponernos de pie juntos por la libertad, sabiendo que un d�a seremos libres.

�ste ser� el d�a, �ste ser� el d�a en el que todos los hijos de Dios podr�n cantar con un nuevo significado �Tierra m�a, es a ti, dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra donde mi padre ha muerto, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera suene la libertad�.

Y si Am�rica va a ser una gran naci�n, esto tiene que llegar a ser verdad. Y as�, suene la libertad desde las prodigiosas cumbres de las colinas de New Hampshire. Suene la libertad desde las enormes monta?as de Nueva York. Suene la libertad desde los elevados Alleghenies de Pennsylvania.

Suene la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve de Colorado. Suene la libertad desde las curvas vertientes de California.

Pero no s�lo eso; suene la libertad desde la Monta?a de Piedra de Georgia.

Suene la libertad desde el Monte Lookout de Tennessee.

Suene la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera.

Suene la libertad. Y cuando esto ocurra y cuando permitamos que la libertad suene, cuando la dejemos sonar desde cada pueblo y cada aldea, desde cada estado y cada ciudad, podremos acelerar la llegada de aquel d�a en el que todos los hijos de Dios, hombres blancos y hombres negros, jud�os y gentiles, protestantes y cat�licos, ser�n capaces de juntar las manos y cantar con las palabras del viejo espiritual negro: �?Al fin libres! ?Al fin libres! ?Gracias a Dios Todopoderoso, somos al fin libres!�

(Traducci�n de Tom�s Albaladejo)

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